
las cosas comenzaron
a cambiar.
Se acostumbraron demasiado
se sabían incondicionales,
se aburrieron.
Olvidaron la magia de lo simple.
Surgieron nuevos intereses
que ya no compartían.
La razón se interpuso y
poco a poco enfrió
sus corazones.
El alma es un imán. Los pensamientos, su combustible.
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